Actualizar narraciónCon los dos pies en semifinales de la Copa de Europa, el Real Madrid afronta el partido en el que puede dejar LaLiga vista para sentencia. Mañana (21.00 horas, Movistar) recibe al Barcelona, que hace semanas que es el único rival que más o menos mantiene a la vista a los de Ancelotti. Con ocho puntos de ventaja sobre los de Xavi, a lo que se suma la ventaja del 1-2 de la ida, una victoria en Chamartín deja el campeonato a falta de poner fecha para que cante el alirón. Es más, un empate tiene casi los mismo efectos.
Al Clásico se presenta el Madrid con la moral disparada después de lo vivido el miércoles en la casa del Manchester City. Todo lo contrario de un rival que pasó de tener dos goles de ventaja sobre el PSG a verse eliminado, un efecto negativo que se multiplicó con el enfrentamiento en forma de dardos en público entre Gündogan y Araujo.
Al otro lado de la euforia que se vive en la caseta blanca aparecen las consecuencias de enorme esfuerzo que realizar el equipo de Ancelotti para resistir el acoso del Manchester City. Ese será uno de los aspectos que el entrenador de Reggiolo deberá gestionar de cara al partido de mañana. Y también de aquí a que llegue la ida de la semifinal ante el Bayern.
En su mano tiene el Madrid mañana poder dedicar todos sus esfuerzos a la Liga de Campeones, algo que su rival ya puede hacer después de que el Leverkusen sea campeón de la Bundesliga y lleve meses fuera de la Copa. Por que en caso de victoria del Barcelona salidas como la de la semana que viene a San Sebastián no serán un trámite. En estar tener 11 puntos, que son 12 en realidad, o ver a los de Xavi a cinco puntos. Eso, y el valor que siempre tiene un Clásico, sin importar la distancia que pueda existir en puntos y sensaciones.
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